Formada en 1980 como Asociación Metropolitana del Folklore de Chile, AMFOLCHI. Entre 1988 y 1991, fue presidida por Gabriela Pizarro, Osvaldo Jaque, Lucy Casanova, Alejandro Hermosilla, Guillermo Ríos, Erico Argel, Silvia Urbina, Marisa Pastor, Luisa Pinto, Carlos Martínez. Entre sus miembros, importantes investigadores y cultores folklóricos chilenos: Margot Loyola, Fidel Sepúlveda, René Largo Farías, Jorge Yánez, Ramón Andreu y María Ester Greve. Por el rescate y difusión del Folklore.
lunes, 31 de enero de 2011
Informa: Consejo Chileno de Cultura Tradicional y las Artes Populares.
Consejo Chileno de Cultura Tradicional y las Artes Populares
INFORMATIVO
Estimados amigos :
El viernes 25 de marzo, a las 19 horas y a cargo de ANFOLCHI, la Asociación Nacional del Folclore de Chile A.G., se dará inicio al ciclo 2011 de música tradicional en la Sala América de la Biblioteca Nacional.
Esperamos, este año, privilegiar la música de tradición oral por sobre los “estrenos”, vale decir, composiciones recientes, todavía no asentadas en lo que es la música chilena tradicional, cuya difusión es nuestro principal objetivo como entidad cultural.
Consideramos desde nuestro particular punto de vista, como folcloristas preocupados del estudio de las tradiciones, que los trabajos experimentales de nuevas creaciones musicales chilenas deben pasar, previamente, por el tamiz y la aprobación del pueblo, quien, eventualmente, puede hacerlos (o no hacerlos) suyos y desde ahí, recién, podemos hablar de tradición o de música popular folclorizada.
Por otra parte, debemos recalcar, que el prestigio y mérito de un conjunto folclórico radica, justamente, en estas características de repertorio, además que los espacios para las nuevas creaciones poéticas y/o musicales son objetivo de otras instancias culturales como los festivales, concursos, competencias, pero en ningún caso es nuestra materia...
Sin otro particular, les saluda cordialmente,
Carlos E. Martínez Miranda.
Secretario General Consejo Chileno de Cultura Tradicional y las Artes Populares
Relaciones Públicas ANFOLCHI
Director Taller TREHUACO
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Entiendo la necesidad de promover lo tradicional, pero no menos importante es dar cabida a los nuevos creadores, que son los encargados de enriquecer el caudal de música folklórica. No olvidemos que de éstos depende que las futuras generaciones cuenten con un amplio abanico de canciones que representen una época determinada. No podemos quedarnos siempre con el "Guatón Loyola" o con "Arriba en la cordillera".
ResponderEliminarManuel:
ResponderEliminarLos nuevos creadores tiene su espacio en los Festivales, los Festivales de Frutos del País, pero no en el nuestro que está por la tradicionalidad y el rescate de la música que mantiene el pueblo y se obtiene a través de las recopilaciones y el estudio. Para eso existe ANFOLCHI y el Consejo Chileno de Cultura Tradicional. El Guatón Loyola y Arriba en la Cordillera ya no nos interesa pues son canciones populares y pasadas de moda como ocurre con todo lo popular...
Además y perdonen que insista: EL FOLCLORE NO SE INVENTA, NO SE PUEDE CREAR FOLCLORE... eso es una falacia, un engaño, una mentira al público. El folclore ESTÁ, el folclre ya existe y uno puede aproximarse a él, estudiarlo, aprenderlo, tomarlo, llevarlo al escenario, al disco, pero nunca INVENTAR folclore, pues es preexistente y pertenece al pueblo, a los cultores... ¡Gracias!
ResponderEliminar• Debemos agregar lo siguiente: al tomar de piezas de la tradición, por ejemplo, encontramos un canto recopilado “a capella” u otro “fragmentado” o una rústica guitarra fuera de tono y ritmo, debemos sentirnos libres en su montaje – con el respeto y la fidelidad que se merece una verdad mantenida por el pueblo desde tiempos a veces inmemoriales y que llegan a nosotros por la vía de la tradicionalidad. De hecho, a veces son piezas de un rompecabezas que hay que ir armando con mucha paciencia y estudio. Ahí si que valen nuestras aptitudes creativas y nuestra propuesta artística.
ResponderEliminar• Sabemos que existen cultores naturales prácticamente insuperables. Pero esto no es siempre así. Nos encontramos con personas generosas que con gran esfuerzo van recordando aquello que “se cantaba o se bailaba antes”. Ahí radica el trabajo y desafío del auténtico folclorista, es decir, proyectarlo, o llevarlo al público contemporáneo ya sea en escenario o en el disco. Y para que quede claro y no haya confusión, eso es lo que denominamos “proyección folclórica” que dicho de otra manera, es el trabajo de los intérpretes.